Este pequeño animalillo tendría una doble función, por un lado haría las delicias de los niños al contemplarlo pasar realizando sus maravillosos vuelos acrobáticos en su pequeño avioncito y por otro tendría el sentido de la orientación lo suficientemente desarrollado como para hacer entregas de correspondencia y paquetes pequeños en menos de una semana, en distancias no superiores a los 2000 kms. En caso de pérdida, o extravío, sería posible instalarle un chip de rastreo GPS debidamente sostenido y afirmado en cualquiera de sus pequeños orificios anatómicos (nariz, oidos, boca, river, etc, etc, etc) para que no sea arrastrado por los fluidos fisiológicos. Notar que de ser instalado el GPS, requeriría limpieza periódica, al menos una vez al mes, para que no se estropen sus delciados componenetes electrónicos de alta tecnología...
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